Comunicación y educación
Al comunicarnos establecemos algo en común con alguien, o con grupos de personas en forma interpersonal frente a frente o también a través de las nuevas tecnologías de comunicación en forma indirecta. La comunicación es pues la acción de poner en común, de ponernos de acuerdo para coordinar la acción. Así la educación, hoy, es construcción de significados que tienen como base la comunicación; entendida como el conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que un profesor o profesora utiliza o puede utilizar en su relación con el alumnado para establecer una buena comunicación cargada de sensibilidad y afectividad para ayudarle en su crecimiento personal. Sin embargo, en la práctica uno se da cuenta que, en ocasiones, no tiene los recursos que le faciliten establecer una buena comunicación.
También el clima emocional y afectivo que existe en el salón de clases es decisivo para el éxito de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Aunque, a veces, este clima se vuelve muy tenso y agotador, dependiendo del grupo; la comunicación no se logra con todos los grupos.
Hoy las comunicaciones invaden todas las esferas de la vida cotidiana del hombre, de modo que hoy día, la tarea educativa ante el predominio de los medios de comunicación, consiste en contribuir a la formación de perceptores críticos y creadores, capaces de asumir actitudes de reconfiguración, construcción y búsqueda del verdadero significado de las imágenes y símbolos en los que niños, jóvenes y adultos están inmersos, a fin de evitar que sean alienados y desubicados de la realidad. Estoy de acuerdo con el texto; sin embargo, es casi imposible darse cuenta qué es lo que ven y oyen los alumnos en los medios de comunicación y qué les permiten sus padres, muchas veces ni siquiera tienen idea de los que sus hijos conocen a través de todos estos medios. Herbert Marshall McLuham afirma que “toda tecnología tiende a crear un nuevo mundo circundante para el hombre; igualmente señala que toda tecnología inventada y "exteriorizada" por el hombre tiene el poder de entumecer la conciencia humana durante el periodo de su primera interiorización. Desde esta perspectiva, se torna necesario que los docentes reflexionen sobre cómo se da el proceso de comunicación.
Aquí sería necesario mencionar que en el proceso de comunicación, intervienen los siguientes elementos:
La fuente: puede ser un individuo que habla, escribe o dibuja, o una organización de comunicación;
el mensaje: es el producto del comunicador que se expresa en forma de códigos en forma escrita, verbal, gestual o con imágenes;
el medio o canal: es el vehículo, soporte o instrumento de la comunicación a través del cual se envía o viaja el mensaje;
el destino: puede ser un individuo o un grupo de personas; y,
la retroalimentación: es el componente que busca asegurar la eficacia del proceso comunicativo de forma bidireccional, es decir verificar la forma en que el destino recibe el mensaje y su apropiación. Juega un papel muy importante en la comunicación porque permite al emisor conocer cómo se están interpretando sus mensajes verbales, escritos, gestuales, gráficos, musicales. Cuando la retroalimentación es concebida dentro del proceso de enseñanza y de aprendizaje, está constituida por tres elementos básicos: a) La información de qué es correcto y qué es incorrecto b) Por qué está correcto y por qué incorrecto y c) posibles alternativas de solución o estrategias de mejoramiento. De cierta manera, lo que estamos viendo en este curso, por lo menos a mí, está ofreciendo alternativas de comunicación con mis alumnos y he empezado a probar distintas formas de relación dentro del proceso enseñanza-aprendizaje.
Para que la comunicación ocurra, y la persona a quien se dirige comprenda el mensaje, es necesario utilizar signos, a este respecto, Peirce (1931-58), definió tres categorías de signos:
Ícono: El signo se parece de alguna manera a su objeto, se ve o se oye parecido.
Índice: Hay un lazo directo entre el signo y su objeto, tienen una conexión real.
Símbolo: Es un signo cuya conexión con su objeto es resultado de una convención, acuerdo o regla.
Refiriéndonos a otros elementos tenemos que el perceptor o receptor, es toda persona que conscientemente recibe, interpreta y responde los mensajes provenientes del medio en que se encuentra inmerso; mientras el comunicador o emisor, es quien produce y transmite el mensaje, a través de códigos que conoce el perceptor.
En muchas de las escuelas de nuestro país todavía maneja el modelo unidireccional de comunicación, llamado modelo bancario de comunicación que se caracteriza por ser de tipo transmisor porque el profesor (emisor) deposita información en sus estudiantes (los receptores) para que sea reproducida fielmente. Desafortunadamente, los alumnos están inmersos en ese modelo desde la educación primaria y secundaria (aunque se ha empezado a cambiar, todavía falta mucho), y les cuesta trabajo cambiar su visión de la educación o creen que ya no hay nada nuevo que aprender, que ya lo saben todo.
El uso pedagógico de las nuevas tecnologías en la educación obliga a la interactividad; los mensajes que se articulen a través de estos medios deben ser bidireccionales, dando pie a que los emisores y receptores, estudiantes y profesores intercambien roles. Aquí debo mencionar que en el tipo de escuela en el que trabajo, se presentan oportunidades de intercambio de roles, puesto que en el arte, todos tenemos que aportar, sugerir y ponernos en los zapatos del otro. Las relaciones pedagógicas que se establezcan tanto en las aulas presenciales, como a distancia y a través de la educación virtual, son actos intrínsecamente culturales que inciden profundamente en la calidad de la educación y en el desarrollo humano.
También es muy importante agregar que en el proceso de comunicación los comportamientos no verbales juegan un papel fundamental; así aspectos como apariencia física, posturas, miradas, gestos, la calidad de la voz, el énfasis en algunas palabras, los silencios, pausas, el vestido, la proximidad, el manejo del espacio. En los cursos de carrera magisterial se han abordado y puesto énfasis a estos aspectos y han sido muy interesantes.
Ningún ámbito en la educación puede prescindir de un esfuerzo de mediación pedagógica, quienes han venido trabajando en proyectos de comunicación y educación, coinciden en destacar la importancia de lo comunicacional en lo pedagógico, afirman que: si no hay ser humano posible sin mediaciones, reconozcamos entonces como un espacio amplio de reflexión y de trabajo la mediación educativa. Según los investigadores, lo pedagógico en la educación nace en el sentido de la preocupación por el otro y proponen el siguiente concepto de mediación pedagógica:
"Llamamos mediación pedagógica a toda intervención capaz de promover y acompañar el aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir, de promover en los educandos la tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos".
Resulta importante mencionar aquí que un fenómeno que impide que esto se lleve a cabo es la falta de compromiso de algunos profesores, puesto que la docencia implica mucho trabajo y poca paga; en otros casos, no les interesa cambiar.
Es preciso que los docentes de todos los niveles y de todas las áreas, revisen y analicen desde la perspectiva de la mediación pedagógica cada uno de los medios y materiales que utilizan para la educación, es también muy importante que conozca las características de su discurso y la relación entre éstas y la percepción de sus estudiantes, ya que en un aula de clases se instauran múltiples mediaciones; son relaciones simbólicas que suceden necesariamente entre maestro-estudiante, entre estudiante-estudiante, entre maestro-estudiante y el saber que constituye el objeto de estudio.
Todos los medios que se utilizan en la educación deben ser cuidadosamente analizados por los docentes desde la óptica de la mediación pedagógica. Las nuevas tecnologías han impactado de tal manera la sociedad que es imposible prescindir de ellas y su función debe servir para mediar las relaciones entre el docente, el saber (objeto de estudio) y el estudiante; de cada una de ellas, podemos los educadores, aprovechar sus posibilidades para promover y acompañar los procesos de enseñanza y de aprendizaje; sin embargo, comúnmente se descuida el papel del educador como mediador y el papel de estas tecnologías como mediadoras de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Las instituciones dedicadas a la educación tienen un compromiso pedagógico con sus estudiantes y con la sociedad que implican una tarea muy seria: acompañar a sus estudiantes en un verdadero proceso de formación integral que incluye el desarrollo de las capacidades de pensamiento, de comunicación, de toma de decisiones; esto representa sólo uno de los retos a los que nos vamos a enfrentar una vez que se implemente la RIEMS. Es necesario entonces, entender que los docentes somos esencialmente comunicadores y problematizadores y que, con base en la apropiación conceptual que el docente tenga de ese saber, es posible trabajarlo en el aula.
Los nuevos medios son inútiles si no insertamos en ellos nuevas ideas, es decir, la forma como conoce el docente, sus pensamientos, sus creencias en torno al saber específico y pedagógico, es reflejada mediante la tecnología que él escoja para proponer el objeto de estudio ante la clase, Cysneiros (1999) afirma que nuestra experiencia de la realidad es transformada cuando usamos instrumentos; a través del instrumento hay una selección de determinados aspectos de la realidad, con ampliaciones y reducciones; y concluye que: la tecnología no es neutra, su uso proporciona nuevos conocimientos del objeto, transformando por la mediación la experiencia intelectual y afectiva del ser humano, individualmente y en colectividad; dependiendo del objeto, del sujeto (más o menos crítico), de su historia y de su situación específica, se pueden considerar las nuevas características ampliadas del objeto como más reales que aquéllas sin ayuda de instrumentos. Por ello, se necesita que el docente se comprometa a cambiar la manera de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo a los estudiantes. Lo cual conduce a la reelaboración de los fines de la educación y a multiplicar los destinatarios de la misma.
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